
Durante milenios los seres humanos llevaron una existencia itinerante, dedicándose a la caza o recolección y viviendo en pequeños grupos repartidos sobre territorios amplios. La aparición y el desarrollo de la agricultura posibilitó la construcción de aldeas más estables y también más pobladas, aunque sólo contaban con unos pocos cientos de habitantes. Las construcciones eran de barro, por lo que quedan pocos restos. Alrededor del año 3000 aC, en la cuenca del Tigris y el Éufrates aparecieron los primeros núcleos urbanos que precedieron a otras grandes ciudades míticas a lo largo del Nilo, en el valle del Indo o en China. Estas incipientes ciudades estaban dominadas por los edificios religiosos o militares, pero también se han descubierto barrios de artesanos y mercaderes. Desde entonces, la revolución urbana no ha dejado de extenderse, transformando completamente el curso de la historia de la humanidad.


Petra fue una próspera ciudad fundada en la actual Jordania alrededor del siglo VI aC por los árabes nabateos, una tribu nómada que se estableció en la zona y la convirtió en un importante centro comercial. Los nabateos cortaron la ciudad en los acantilados de piedra arenisca roja, creando casas, tumbas, templos y un complejo sistema de gestión del agua que les permitió sobrevivir en medio del desierto. La ciudad está considerada como una de las siete nuevas maravillas del mundo desde el año 2007, y desde 1985, es patrimonio de la humanidad por la UNESCO.


La ciudad maya de Tikal, en el norte de Guatemala, fue un importante centro político, económico y religioso durante el período clásico de la civilización mesoamericana, y tuvo su auge entre el 200 y el 900 dC. La ciudad es conocida por sus impresionantes restos arquitectónicos, como las grandes pirámides, plazas o palacios. Fue redescubierta por el mundo occidental a mediados del siglo XIX, y fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1979.
