El pequeño comercio, el alma de los barrios

Pastisseria de Jericó (Palestina)
 Pastelería de Jericó (Palestina)

Los clientes conversan animadamente en frente de la pastelería mientras esperan turno. El olor de especias y de pan recién hecho impregna la calle, atrayendo a vecinos de toda la vida y también a peatones ocasionales. En el umbral del establecimiento, los pasteleros trabajan frenéticamente para no dejar a nadie desatendido. Sus manos se mueven con agilidad entre los pasteles cuidadosamente dispuestos en filas y columnas sobre la plancha.


Hornos, fruterías, pescaderías, carnicerías, mercerías, droguerías y otros establecimientos de barrio son lugares de encuentro donde hay tiempo para las conversaciones y para fomentar las relaciones sociales. Son el alma de las ciudades y pueblos, promoviendo la vitalidad de los espacios urbanos y contribuyendo a su desarrollo económico y social.  


“ Las pequeñas empresas representan el 90% de las empresas

y el 50% del empleo a escala global

 Banco Mundial


Pastisseria de Jericó (Palestina)
 Pastelero de Jericó (Palestina)

Los comercios locales favorecen la economía, la cultura y la cohesión, contribuyendo a la construcción de comunidades más fuertes y fomentando las relaciones sociales más cercanas. Por otra parte, los pequeños comercios son más propensos a apoyar e implicarse en iniciativas comunitarias, reforzando el sentido de pertenencia y contribuyendo al bienestar general de la comunidad. El dinero gastado en el comercio local tiende a reinvertirse en la misma comunidad. 


“ Por cada 100 euros gastados en negocios locales, 68 permanecen en el barrio;

los grandes almacenes y las multinacionales sólo aportan 43

 Banco Mundial


A pesar de los beneficios, también existen desafíos asociados al pequeño comercio. Algunos productos pueden no estar disponibles o los precios pueden ser más altos en comparación con los productos producidos en masa y distribuidos globalmente. Ejercer un consumo responsable significa saber encontrar el equilibrio entre las grandes superficies y los pequeños comercios de barrio. La coexistencia entre ambos modelos comerciales –las grandes superficies y el comercio local– pueden ser beneficiosas para el bienestar económico y social de una comunidad.  


Mercado de la Boqueria | Martijn Vonk

El mercado de la Boqueria es el más antiguo de los mercados municipales de Barcelona y también el más visitado por los turistas. Fue inaugurado oficialmente el 19 de marzo de 1840, día de San José, pero su historia se remonta a mucho más atrás. Ya en el siglo XIII, las vendedoras ambulantes y las campesinas de los alrededores se instalaban en este espacio para vender sus productos fuera de las murallas y ahorrarse el impuesto de entrada de mercancías. Muchos vendedores y vendedoras obsequiaban con una flor a los clientes que compraban algún producto, y esta costumbre dio lugar a los actuales establecimientos de flores que hay en la Rambla. La cubierta metálica del mercado se inauguró en 1914, y fue coronada con un arco de hierro que sostiene un antiguo escudo de Barcelona hecho de vidrieras de colores, que se ha convertido en el símbolo del espacio. 

Cada mercado es un mundo en miniatura,
un reflejo de las tierras de donde provienen los alimentos
y de la gente que los produce
 Mark Kurlansky



Mercat d'Amman (Jordània)

Pasteleros de Jericó (Palestina)

Mercado de Ammán (Jordania)

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