
Las puertas de la iglesia se abren y el jaleo de la calle se ahoga inevitablemente en las voces poderosas del órgano y del coro que provienen del interior, con una fuerza que sacude hasta las paredes. Los asistentes, de pie, aplauden rítmicamente y levantan las manos al cielo, entre gritos de "¡Amén!" y "¡Aleluya!", mientras algunos fieles ya empiezan a desfilar. El barrio de Harlem, al norte de Manhattan, es conocido por ser un importante centro cultural y de negocios afroamericano, sobre todo a partir de los años veinte y treinta del siglo XX. Hoy aloja una comunidad diversa, con una mezcla de etnias y de culturas de todo el mundo, pero sus orígenes son todavía una fuerte seña de identidad. Para los afroamericanos del barrio, asistir al culto no es sólo una cuestión de fe, también es una manera de mostrar personalidad en una ciudad ecléctica y en transformación constante.
Población de Harlem: 200.000 personas
Afroamericanos: 53%
Latinos: 23%
Blancos: 15%
Otros grupos étnicos: 9%

Las ciudades deben entenderse como un fenómeno vivo, íntimamente ligado a la cultura, con quien comparten la característica de la complejidad. Cualquier ciudad es necesariamente diversa en lo que se refiere a las tradiciones, las creencias, los conocimientos, las capacidades técnicas, las actividades profesionales o las aspiraciones de sus habitantes, y esta heterogeneidad tiene una gran relevancia a la hora de definir su esencia. A pesar de las desigualdades o las tensiones inevitables entre grupos étnicos, raciales, culturales, económicos o de género, es a partir de esa diversidad que las ciudades nacen, crecen y prosperan.
sino brindando a sus miembros la capacidad de crear algo nuevo
Entender la diversidad como un lugar de encuentro es un factor diferencial para el desarrollo de cualquier ciudad. Una diversidad armónica y equilibrada permite tejer redes sociales que, aunque complejas, favorecen la explosión del talento. Promoviendo la interacción entre culturas se impulsa la prosperidad, el dinamismo, el crecimiento económico, la creatividad o la innovación. Por el contrario, las ciudades excesivamente acomodadas y encerradas en sí mismas, difícilmente son capaces de avanzar.

