
Una chica en silla de ruedas intenta acceder al vagón del metro. La inclusión —un valor que se mide mediante indicadores como la accesibilidad física, la disponibilidad de viviendas, la igualdad de acceso a los servicios básicos o la participación efectiva en la toma de decisiones— es fundamental para la cohesión social de la comunidad, independientemente de las particularidades de sus miembros. Sin embargo, sólo una de cada cuatro ciudades del mundo posee sistemas de transporte público accesibles para personas con discapacidad, y menos del 10% tienen suficientes viviendas adaptadas.
En el ámbito educativo y laboral, a escala global, sólo uno de cada diez niños con discapacidad completa la educación primaria, frente al 85% del resto de niños, y la tasa de empleo de las personas con algún tipo de discapacidad es del 36%, cuando la del resto de ciudadanos es del 60%. La ciudad sin barreras es, por tanto, una asignatura pendiente.
experimentan algún tipo de discriminación

Las ciudades inclusivas se esfuerzan por garantizar que todos los residentes, independientemente de sus circunstancias, tengan acceso equitativo a las oportunidades, a los servicios y a los espacios públicos. Una ciudad inclusiva no sólo promueve la diversidad, sino que también crea un entorno que respeta y valora las particularidades individuales, eliminando las barreras físicas y sociales para que los espacios sean accesibles e inviten a la plena participación de todos los ciudadanos en todos los ámbitos de la vida urbana. Las ciudades inclusivas tienen alrededor del 60% del transporte público adaptado y el 30% de su vivienda es accesible. En las ciudades inclusivas, el 60% de niños con discapacidad completan la educación primaria, y la tasa de empleo llega a superar el 50%.
son accesibles para personas con discapacidad
Muchas ciudades en todo el mundo están implementando iniciativas de éxito para promover la inclusividad urbana. Barcelona, por ejemplo, ha establecido programas como el Plan de Accesibilidad Universal para mejorar la accesibilidad al transporte público, a los espacios públicos y a los edificios. La accesibilidad mejorada permite que las personas con discapacidades participen plenamente en la vida pública, lo que no sólo mejora su calidad de vida, sino que también enriquece el tejido social y económico de la ciudad. Los estudios han demostrado que las empresas en entornos urbanos inclusivos tienden a ser más productivas, beneficiándose de la diversidad de talentos y habilidades disponibles. El reconocimiento creciente de los beneficios económicos y sociales de la inclusión dibuja un camino claro hacia un futuro urbano más justo y equitativo para todos, independientemente de sus particularidades.
participan en actividades comunitarias
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