
Pisa ya era conocida como ciudad portuaria y comercial en la época romana, pero fue durante la edad media que la ciudad se convirtió en una poderosa república marítima, rivalizando con otras grandes ciudades-estado italianas como Génova y Venecia. Su flota controlaba el mar Mediterráneo occidental y tenía vínculos comerciales con el norte de África, el Imperio bizantino y los países islámicos. La prosperidad de la ciudad durante esta época se manifiesta en los numerosos tesoros arquitectónicos y artísticos que todavía hoy se conservan, como la Torre Inclinada, la Catedral de Santa María o el Baptisterio. Durante el siglo XIV su poder empezó a decaer, hasta que en 1406 fue conquistada por una poderosa ciudad vecina en expansión: Florencia.

El Ponte Vecchio es un puente de piedra medieval sobre el río Arno, en Florencia. Es el puente más antiguo de la ciudad y el único que sobrevivió intacto a los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Fue construido en el siglo XIV, cuando la ciudad era gobernada por una poderosa clase de comerciantes. La prosperidad de la ciudad durante esta época y durante los siglos posteriores convirtió a Florencia en el centro del Renacimiento. La ciudad acogió a grandes artistas, como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o Rafael, que recibieron el encargo de la poderosa familia Médici de crear algunas de las obras de arte más icónicas de la historia. Fue en esta época cuando se construyeron sus edificios más emblemáticos, haciendo de la ciudad una referencia artística, científica y arquitectónica a escala mundial.

Venecia está formada por 18 islas, 160 canales y cerca de 400 puentes. De orígenes inciertos, parece que se fundó en el siglo V, cuando las invasiones bárbaras provocaron el derrumbe del Imperio Romano y empujaron a los habitantes de la llanura del Veneto a refugiarse en las manzanas de la laguna veneciana, donde empezaron a construir casas prácticamente sobre el imperio romano. Su privilegiada ubicación en la cabecera del mar Adriático le daba acceso a las rutas comerciales del Mediterráneo y del norte de Europa, y durante los siglos VIII y IX la ciudad emergió como una poderosa república marítima. Durante el Renacimiento, la próspera ciudad acogió a grandes artistas, como Ticiano, Tintoretto o Veronese, y se construyeron muchos grandes edificios e iglesias como la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal o el Puente de Rialto, que fue construido entre 1588 y 1591 y es el más antiguo de los cuatro puentes que atraviesan el Gran Canal.
