El consumo de energía, ciudades que nunca duermen

Times Square (Nueva York, EEUU)

La noche cae sobre Times Square como un caleidoscopio de luces brillantes. Situada en el cruce de Broadway y la Séptima Avenida, la plaza es una importante intersección comercial de Nueva York y uno de los escenarios urbanos más visitados del mundo. En las calles, miles de farolas distribuidas uniformemente formando hileras que proyectan su claridad sobre el asfalto y las aceras. Los rótulos luminosos de colores llamativos y animaciones intermitentes compiten por la atención de los peatones noctámbulos. Los rascacielos dibujan patrones iluminados en las fachadas de cristal y elevan majestuosamente sus perfiles hacia el cielo, y al pie de los rascacielos, los faros de los automóviles forman ríos de luz que serpentean impacientes por las avenidas. La electricidad fluye sin cesar para mantener ese escenario de vida nocturna. Y cada nueva luz que estalla es un recordatorio de que la gran ciudad nunca duerme.


 La iluminación de las calles de las ciudades

consume el 19% de la electricidad a escala mundial

Agencia Internacional de Energia

Pasarela subterránea (Washington, EE.UU.)

Mientras la ciudad nocturna se muestra en todo su esplendor, también plantea interrogantes en relación con la sostenibilidad de su consumo de energía. La iluminación de las calles, la climatización de viviendas y oficinas, el transporte, el funcionamiento de las fábricas... Las ciudades representan casi el 80% del consumo mundial de energía, que proviene, en gran medida, de fuentes no renovables, lo que aumenta la contribución de los espacios urbanos al cambio climático. Reducir la dependencia de combustibles fósiles, implementar fuentes de energía renovable o mejorar la eficiencia energética de los edificios, el transporte o las infraestructuras, son medidas esenciales para reducir la huella de carbono.


 Cerca del 60% de la energía que se produce

se pierde o derrocha debido a procesos energéticos ineficientes

— Agencia Internacional de la Energia 


En las últimas décadas, las innovaciones tecnológicas han permitido implementar sistemas inteligentes de gestión energética en los edificios y espacios públicos. Algunas ciudades pioneras han logrado convertir más del 80% de su iluminación pública a sistemas LED, que son hasta un 50% más eficientes en comparación con los sistemas de iluminación convencionales. En la Unión Europea, cuatro de cada diez nuevas construcciones cumplen con los estándares de eficiencia energética y sostenibilidad, con la correspondiente disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero. En los últimos años, a escala global, el mercado de construcción verde crece un 10% anual. El aislamiento térmico de los edificios o el uso de energías renovables, entre otras medidas, permiten a las ciudades un mayor grado de autosuficiencia energética. 


Vapor de agua en las calles de Nueva York (EE.UU.)


En Manhattan, de vez en cuando, del subsuelo emanan nubes de vapor blanco. Estas humaredas provienen de una enorme red subterránea de tuberías que distribuyen vapor de agua a casi 2000 edificios y rascacielos como el Empire State Building, que lo utilizan para los sistemas de calefacción o para suministrar agua caliente. También se usa en labores de limpieza, como en las tintorerías o en los hospitales, e incluso se utiliza para mantener la humedad en museos como el MoMa, donde la temperatura y la humedad del ambiente son claves para conservar las obras de arte.






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